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Las quemaduras se clasifican de acuerdo a profundidad y extensión; El agente causal también importa, pero eso es más complejo.
La profundidad es el principal responsable del resultado estético y dicta la necesidad más o menos urgente de realizar operaciones para recuperar la cobertura cutánea en los casos más graves. La superficie es la que determina cuán riesgosa desde el punto de vista vital es la quemadura en forma inmediata o mediata si no se trata.
Debido a la creciente exigencia por la “perfección estética”, y la desmedida asignación de responsabilidad atribuida a equipos médicos frente a cualquier resultado adverso, sobretodo cicatricial, es que frente a quemaduras que exceden a una simple salpicadura de 2 o 3 gotas de agua caliente, la recomendación es buscar atención médica especializada para todas las quemaduras. Con mayor razón en niños menores de 10 años o con alguna enfermedad de base.
Es diferente tratar a un niño de 6 años con una quemadura del tamaño de una moneda en la parte externa del antebrazo que a un adolescente con autismo y que presenta una quemadura en los glúteos o en la planta de un pie, ya que éste último va a requerir anestesia general y hospitalización para las curaciones y su tratamiento.
Quemaduras muy grandes, de una extremidad completa, toda la espalda o todo el pecho y abdomen, pueden poner en riesgo la vida en pocas horas producto de la cantidad de líquido que pierde una quemadura por exudación de la superficie quemada. En tal caso, el manejo del dolor y el traslado inmediato del paciente a un centro donde pueda se curado y tratado con suero endovenoso es imprescindible. Para el cuidado inmediato de este tipo de pacientes, lo mejor es el baño de ducha con agua tibia para intentar frenar el daño (unos 10 a 15 minutos) y la cobertura con un paño limpio, ojalá estéril, condición que en la casa sólo se logra con una sábana o toalla recién planchada.
Lo más probable es que al llegar a un centro asistencial le hagan el aseo de la zona quemada nuevamente, por lo cual no debe perderse tiempo en asear y cubrir en el lugar del accidente, solo ducha tibia para frenar el daño, por 10-15 minutos y cubrir, no curar.
docsebavillegas@cirupedia.cl
Las heridas pueden ser de diferentes causas y tamaños, pero un elemento es central, es la eventual necesidad de ir a un Servicio de Urgencia para atenderlas.
Las heridas se dividen clásicamente según el mecanismo de producción. Eso establece el aspecto general, el tiempo aproximado en el cual cicatriza y el aspecto que va a tener la cicatriz. De esta manera tendremos heridas por roce (caída en bicicleta o patines, con apoyo en movimiento de una rodilla o codo que queda “pelado”), por cortes (cuchillos, vidrios, latas, cabezas de clavos, etc.) o por golpes de algo romo (corte de la ceja o el mentón frente a un golpe seco contra algo sin filo como el suelo o un mueble).
Las heridas por roce tienen 3 inconvenientes, la extensión, la contaminación y la ubicación.
Extensión: en general son heridas amplias, que rezuman plasma, (ese líquido amarillo que sale de las quemaduras y rasguños) y, por lo tanto, van a producir costras grandes.
Contaminación: en general se producen al arrastrar una extremidad flectada u otras salientes óseas como los huesos de la cadera, contra una superficie dura como el pavimento, el suelo de tierra o en maicillo, por lo que no es raro que la herida llegue a urgencia como “empolvado” con tierra, pasto y otras mezclas mas dañinas. La ubicación, frecuentemente es en las rodillas, caderas y cara lateral de los codos o antebrazos. Producen costras grandes, que al secarse se ponen tiesas y molestan a la movilidad, frecuentemente, quebrándose y volviéndose costras cada vez mas gruesas y adherentes, (como el típico costrón de la rodilla del niño chico).
El resultado habitual: mucho tiempo en curar y una cicatriz de mal aspecto. Por estas dos razones es que la sugerencia es acudir a un servicio de urgencia para el aseo inicial, nunca va a poder compararse con el que se hace en la casa entre “¡Ay!, que duele mucho”, “Tú no tienes idea, dile al papá, o la mamá y demases”. Asegúrese que las curaciones, luego que ya esta cerrado con una costra delgada, incluyan algún ungüento o crema, para mantener la costra humectada y flexible. Importante es tratar dentro de lo posible de no REMOJAR esa costra, se reblandece y sale como una “tela” que deja el fondo vivo y todo el ciclo parte otra vez, terminando en mucho tiempo y con mal aspecto.
Las heridas por corte o cortantes tienen dos elementos de consideración: la profundidad y la ubicación. En general, sangran bastante, incluso a veces el sangrado para con muy poco esfuerzo, para volver a empezar con un mínimo movimiento horas después del accidente. Toda herida que permita ver la capa de grasa celular subcutánea debe ser atendida en un servicio de urgencia, muchas de ellas deberán ser suturadas para su mejoría. Si la herida sangra profusamente aplique un paño limpio (recién planchado) y comprima por 3 a 5 minutos, si el sangrado no se detiene vaya al servicio de urgencia más cercano. Si la herida es suturada y cuidada, tiene las mejores probabilidades de cicatrizar como una línea, lo que varía de acuerdo a la ubicación. De lo contrario quedan bastante notorias, como un diamante alargado, inclusive, con relieve.
Las heridas por golpes o contusas tienden a ubicarse en zonas de rebordes óseos como las cejas o el mentón. Son a veces irregulares y a pesar que pueden cicatrizar solas, el resultado tiende a ser mejor cuando son atendidas, muchas veces necesitan incluso ser suturadas.
Especial mención merecen las heridas con la posibilidad de esconder un cuerpo extraño, por caída sobre cactus, espinos, o por caer sobre un vaso quebrado. La exploración de Urgencia no logra descartar 100% la presencia de un cuerpo extraño, incluso sospechándolo. Tampoco la ecografía permite en ocasiones identificar dicho elemento. Solo el tiempo y la reacción de los tejidos blandos alrededor del supuesto cuerpo extraño serán a veces los que nos van a dar la clave para encontrarlo.
Mordeduras:
- Perros, Gatos, Ratones y otros: Todo animal doméstico tiene la posibilidad de transmitir el virus de la rabia. Infórmese sobre vacunación si usted es el responsable de alguna mascota. No elimina el riesgo individual, pero debiera reducir considerablemente el riesgo poblacional.
- En términos individuales, es decir: “a mi hijo lo mordió el perro del vecino” o “al amiguito de mi hijo lo acaba de morder mi perro” frases más recurrentes en urgencia, se debe considerar que toda mordedura está contaminada: aseo obligatorio y posibilidad de infección. Dependiendo de las circunstancias de la mordedura va a requerir o no vacunación antirrábica, pero esa es una decisión médica, de acuerdo a políticas de salud publica, hay normas al respecto en nuestro país.
- Mordeduras humanas, voluntarias o involuntrias. Son muy contaminadas, se recomienda extremar cuidados y siempre consultar en un Servicio de Urgencia
docsebavillegas@cirupedia.cl
El sentido común, derivado de un largo proceso de aprendizaje tanto personal como grupal, mezclado con conocimientos traspasados en forma verbal ya sea por los abuelos, mamás o suegras, (lo que podría perfectamente ser considerado folklore); es muy útil en el cuidado de los niños, sin embargo, requiere de un cuestionamiento y análisis constante, dado que en determinadas situaciones puede ser equívoco o francamente dañino. Por lo tanto, y como norma general, derivada nuevamente de este sentido común, si tiene dudas, o siente miedo, pregunte. Pregunte a alguien que considere confiable, y en quien Ud. esté dispuesta(o) a seguir su consejo. Trate de no caer en la tentación de preguntar a todo quien se cruce en su camino, porque nuevamente eso va contra el sentido común, eso produce confusión y no permite tomar una conducta frente al problema inicial.
Lo que sirve en un hijo, no necesariamente va a ser útil con todos los otros. Cada niño es diferente, y esto es aplicable tanto en asuntos conductuales, como en lo físico o frente a enfermedades. Algunos niños hacen cuadros sumamente evidentes, otros sencillamente se ponen “mañosos” frente al mismo diagnóstico. Situaciones como la fiebre, son toleradas en forma diferente por los hermanos independiente de la edad. Así como tener diferente contextura física, la respuesta a determinado medicamento para bajar esta fiebre puede ser diferente entre los niños, lo que va a permitir ir aprendiendo “a leerlos” en la medida que crecen. Este fenómeno de conocerlos es lo que hace altamente recomendable que los niños tengan UN pediatra, que los vea habitualmente, como médico, y que las consultas en Urgencia sean un fenómeno esporádico, no la regla.
Es habitual que un niño se caiga a diario. Dependiendo su edad del niño, la cantidad de energía involucrada va aumentando junto con el peso y el tamaño. Cerca de los 5 años, la cantidad de energía, solo producto de la caída, puede empezar a provocar algún daño, si además agregamos los factores trepar y saltar. La energía potencial adquirida por el efecto altura puede liberarse bruscamente frente a un salto o caída, provocando una lesión mayor. Es así, como algunos de los siguientes conceptos generales le pueden ayudar a decidir si vale la pena o no consultar a un médico o sistema de urgencia.
- La cabeza: los golpes en esta región siempre producen una preocupación especial. La cabeza tiene una cubierta ósea, o cráneo, que protege al cerebro de golpes directos, sin embargo, la transmisión de energía puede sacudir el cerebro dentro del cráneo produciendo problemas.
En niños menores de 2 años, que no tienen lenguaje confiable como para decir cómo se sienten, o dónde les duele más, todo golpe en el cráneo debe producir preocupación, especialmente las caídas de altura como desde un mudador, la silla de comer o, cada vez más frecuente, desde el carrito del supermercado. Cabe describir el mecanismo tipo de la caída del carro del supermercado, que parece tan estable. Un adulto acude a comprar con 2 niños, uno pequeño y otro mayor de 3 años, el pequeño en el carro y el mayor caminando. Una vez lleno el carro, el niño mayor intenta alcanzar algo que está dentro de este o, simplemente, por jugar, se sube por uno de los lados y el carro se voltea como un bote, golpeando la cabeza del niño menor contra el suelo con todo el arco del extremo alto.
Especial consideración merecen los golpes que producen pérdida repentina de la consciencia: el niño se golpea y queda como durmiendo, diferente al desmayo, que puede producirse por dolor o miedo unos segundos después del golpe. Si el niño queda inconsciente, aunque sea por unos pocos segundos, debe ser evaluado en un Servicio de Urgencia, lo mismo si un rato después del accidente se hace evidente que el niño no recuerda lo ocurrido. Estos dos eventos, inconsciencia o pérdida de memoria del evento, aumentarían considerablemente el riesgo de complicaciones después de un golpe en la cabeza.
Si tiene dudas al respecto, es preferible que consulte.
En niños mayores de dos años, los golpes en la cabeza tienden a ser simples y a producir nada más que un susto y un chichón en la frente o la nuca. Sin embargo, todo golpe que produzca pérdida de consciencia, de memoria, o alguna conducta inhabitual para la personalidad del niño debieran llevar a los padres del paciente a consultar un médico. Otro signo ocasional en la práctica de urgencia es la aparición, al segundo o tercer día, en niños de entre 1 y 3 años, de un hematoma o cototo amplio y blando al tacto como una fruta madura. Este tipo de hematomas frecuentemente traduce la presencia de una fractura del cráneo. Especial cuidado cabe con aquellos golpes que producen problemas una o más horas después del golpe, en que el dolor de cabeza sea “cada vez peor”, o que los vómitos, sean cada vez más frecuentes, debieran ser signos de alerta y llevar a consultar.
Si tiene cualquier duda al respecto, es preferible que consulte.
Las extremidades: Los golpes en las extremidades pueden ser de causas muy variables, desde caídas en bicicleta hasta torceduras corriendo, pasando por torsión de los dedos especialmente en juegos o peleas. Como regla general todos los golpes que produzcan aumento del tamaño de una articulación, (tobillos, rodillas, dedos y codos) o “huevos o cototos” en segmentos como antebrazos o piernas deben ser evaluados. Lo mismo cuando el dolor por el golpe produzca imposibilidad de mover la extremidad más allá de media hora después del accidente. Un intento de calmar el dolor con analgesia corriente es razonable, sin embargo, si hay aumento del tamaño, coloración violácea o verdosa de la piel, o dolor intenso al tocar la zona afectada, el paciente debiera ser visto por un médico al menos.
Los dedos son especialmente traicioneros en cuanto a la relación de la cantidad de dolor y seriedad de la lesión. Hay en nuestra comunidad niños que si bien tienen dolor, pueden aguantarlo y seguir jugando con un dedo fracturado, aunque sea difícil de creer, especialmente si de seguir en funciones depende una final interescolar o existe algún evento deportivo importante en las próximas semanas (viajes, “clásicos”, etc.).
Cabe mencionar aparte la lesión del codo por estiramiento y supinación en niños de entre 1 y 5 años. Este fenómeno conocido como Pronación Dolorosa, es frecuente así como también lo es que esta “salida” del codo se repita en un mismo niño, no necesariamente en sus hermanos, incluso en el otro codo.
Se produce porque los ligamentos de su codo todavía son mas elásticos que resistentes, y asociado a su incremento de peso permiten la subluxacion elástica de esta articulación. (En este período suben de 10 a cerca de 20 kilos de peso) asociado a un nivel de actividad física considerable.
Si le ocurre que su hijo(a) queda con el codo inmóvil y llorando, o le muestra el codo y el antebrazo en una posición como si tratara de mostrar el borde del dedo meñique de la mano, sin poder elevar el brazo, entonces acuda a un servicio de urgencia, NO acuda a componedores, práctica tradicional, folclórica de nuestro país, supuestamente abandonada por lo avanzado de las épocas, pero de haber sido abandonada no lo estaría advirtiendo, ¿o sí?.
Fernando.gonzalez@cirupedia.cl
Los accidentes deportivos son increíblemente variados, dependiendo del deporte que se trate y la exigencia que se aplique en los deportistas.
Deportes de pelota:
Todos los deportes con pelota, desde el tenis al water-polo, pasando por el fútbol y el volleyball comparten la posibilidad de lesiones al intentar detener con la mano una pelota en movimiento. Unos pocos milímetros de error y en vez de recibir la pelota con la palma y la curvatura del dedo medio se la recibe con la punta del dedo anular, resultando en un esguince de la articulación interfalángica proximal (IFP) del dedo anular. Dependiendo de la velocidad y el peso de la pelota también se puede acompañar de fracturas por arrancamiento de la base de la segunda falange del dedo en cuestión. Esto puede ocurrir con cualquier dedo solo se eligió el anular por frecuencia. (Volley, Básquetbol, Handball, arquero de fútbol).
Otra posibilidad de lesión es por golpe de la pelota directamente contra un ojo. En este caso el peso, la forma y el tamaño de la pelota tienen mucha importancia. Una pelota de tenis o golf, que logra impactar el globo sin tocar el borde de hueso, puede entregar toda la energía al globo ocular, provocando su compresión y eventualmente lesión tanto del ojo como de su cámara ósea, conocida como órbita ocular. Especial mención merecen las pelotas de hockey, dado que por su consistencia y velocidad equivalen a una piedra o proyectil, dañando intensamente cuando golpean tejidos blandos.
Si la pelota al contrario es de mayor tamaño impacta el ojo, junto a su reborde de hueso, la frente o la cara, se produce una sacudida de toda la cabeza que dependiendo del peso y velocidad de la pelota, puede ser solo un pelotazo o en sujetos inadvertidos (pasaba por el lado de la cancha y no vio cuando la pelota lo golpeo) llegar a producir la perdida transitoria de la consciencia, un TEC.
Lesiones frecuentes en:
Futbol: Esguinces de tobillo, fracturas del catílago de crecimiento del peroné.
Rugby: TEC, fracturas de falanges, fracturas de clavicula y luxaciones de hombro.
Esquí/Snowboard: Lesiones cervicales, esguinces de rodilla.
Basketball: Esguinces/fracturas de falanges, esguinces de tobillo.
Volleyball: Esguinces/fracturas de falanges, esguinces de tobillo, tendinitis antebrazo.