La hernia es la protrusión o salida de parte de un órgano de la estructura anatómica que normalmente la contiene. Dentro de la infancia la más frecuente es la umbilical por la que sale contenido abdominal, a través de un defecto de la pared en el lugar donde debiera estar la cicatriz del ombligo. Esta se produce porque el tallo umbilical, que es donde se implantaba el cordón en el abdomen del feto, es una zona más débil que el resto de la pared abdominal. A veces, ésta no termina de cerrar adecuadamente y aparece una hernia que se manifiesta en forma de ombligo inflado cada vez que el pequeño hace fuerza con el abdomen.
Muchos niños desarrollan hernia durante los primeros meses de vida debido a la fuerza que hacen fuera del vientre materno. Cada vez que el niño realiza fuerza al mover las piernas, gritar, tratar de girar e incorporarse o incluso levantar la cabeza, aumenta la presión intraabdominal, haciéndose evidente el abombamiento del ombligo producto de una malformación.
La hernia del lactante habitualmente se cierra de manera espontánea antes de los cuatro años, pero hay veces en que el tamaño del defecto es superior a 1.5 centímetros de diámetro, pudiendo introducir un dedo completo en el orificio lo que permite tocar los costados de la pared abdominal. En esos casos está comprobado que la hernia no va a cerrar jamás y hay que operar para evitar que salga contenido. De lo contrario, y si se trata de un caso común el tamaño aumentará en los primeros meses de vida para luego iniciar su disminución y cerca de los tres años desaparecer por completo.
El tratamiento consiste en esperar su desaparición y sólo si es que los niños refieren dolor vago en la periferia del ombligo después de comer o de hacer deporte, o si es que persistiera más allá de los seis años en las niñitas u ocho años en los niños, se debe plantear la cirugía como una necesidad para evitar complicaciones en el futuro; complicaciones que están relacionadas sobre todo a las niñitas, que en la adultez podrán embarazarse y la hernia se transformará en un problema porque va a crecer excesivamente debido a la presión que experimenta el abdomen.
La operación es muy simple, casi sin cicatriz y consiste en cerrar el defecto por debajo de la piel. Se hace en forma ambulatoria y el niño debe permanecer 2 a 3 días en semi- reposo, y cerca de dos semanas sin hacer deportes. Volviendo a su vida normal a los pocos días.
Para finalizar, es importante diferenciar si la hernia es umbilical o supra-umbilical (más alta que el ombligo) dado que estas últimas siempre deben ser operadas ya que se comportan diferente porque tienden a crecer y complicarse, sin cerrarse jamás. Este defecto de malformación no es notorio desde el nacimiento, sino que se trata de un pequeño orificio que va creciendo lentamente hasta que de pronto aparece como un “porotito” subcutáneo que duele y empieza a incomodar.
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