Se por doble sistema renal una anomalía que se produce durante la gestación cuando se está formando el sistema urinario. Desde la vejiga aparece un esbozo de conducto que se convertirá en el uréter y este va a dirigirse hacia el riñón. Si al llegar al metanefro (futuro riñón) el tubo se separa en dos o se bifurca, en alguno de los dos lados o en ambos, se formarán dos polos renales, o sea, dividido dos partes y uno pegado al otro, que no se van a separar. Una vez que la gestación avanza cada uno de esos polos renales que se habían creado va a invertirse haciendo que el que se había formado abajo suba, y el superior descienda. Esto puede suceder en uno o en ambos riñones por lo que un doble sistema puede contar con tres o cuatro polos, a diferencia de dos órganos renales completos que es lo normal. La incidencia de esta malformación es muy baja representando solo al 0.8 a 1 por ciento de los recién nacidos vivos. De estos, el 40 por ciento se presenta en forma bilateral, mientras que el resto solo aparece a un lado.
El doble sistema renal puede ser asintomático y el paciente nunca saber que lo tiene. Puede que se le pida una ecografía renal asociada a otra patología y ahí se realice el diagnóstico, pero no representa un problema para su vida cotidiana.
Sin embargo, hay otros pacientes que sí tienen complicaciones sobre todo cuando se presentan dilataciones en el polo superior, que podrían provocar una hidronefrosis, o cuando en el polo inferior se produce reflujo vésico ureteral (RVU) porque el uréter de ese extremo llega más arriba de la vejiga lo que hace que no cuenta con el sistema anti reflujo. A veces, la dilatación del polo superior del órgano afectado se produce por un ureterocele, es decir, existe una obstrucción a nivel vesical que impide que el flujo de orina circule con normalidad desde el riñón hacia la vejiga, en ese caso, es necesario drenarlo. Otra de las complicaciones asociadas a esta malformación es el uréter ectópico en el cual este no llega a la vejiga, sino que desemboca directamente a la uretra provocando un goteo constante de orina, que mientras el niño use pañales no será problemático, pero una vez que los abandone se transformará en un dilema.
Una vez que el doble sistema es diagnosticado se debe realizar un estudio exhaustivo que comienza por una ecografía renal para determinar la forma y tamaño de los riñones. Luego, se continúa con un cintigrama renal dinámico o MAG3 que corresponde a un estudio de medicina nuclear por el cual se conoce tanto la función renal como la presencia o no de una obstrucción en el sistema renal. Se debe hacer una uretrocistografía miccional que será muy útil para diagnosticar RVU. Finalmente, el niño puede ser sometido a una cistoscopía bajo anestesia general por la que mediante una pequeña cámara se observaría si existe un ureterocele, así como determinar la cantidad de meatos ureterales que llegan a la vejiga.
El tratamiento se enfoca principalmente en respetar la función renal de todos los polos ya sea liberando la obstrucción o corrigiendo el RVU según lo que cada paciente presente. Si el doble sistema es asintomático no será necesario realizar ningún tipo de intervención. Puede, sin embargo, que el polo superior haya perdido completamente su función producto de la hidronefrosis y se debe realizar una heminefrectomía, es decir, resecar el polo superior y su uréter o unir este último al conducto del polo inferior a través de una uretero- uretero anastomosis. Si, por el contrario, el extremo superior conserva su función y existe una pequeña dilatación la uretero- uretero anastomosis será el tratamiento adecuado para que la orina drene hacia el conducto inferior y sea eliminada a través de su curso normal. En caso de existir un uréter ectópico este será reimplantado en la vejiga. Todos estos procedimientos se pueden realizar de manera tradicional, abierta, o a través de cirugía mínimamente invasiva.
El pronóstico de los pacientes es excelente, sin riesgo de recidiva y con muy escasas complicaciones salvo las que podría tener cualquier cirugía que son sangrado e infección de la herida operatoria. En caso de que uno de los riñones esté totalmente comprometido y haya que realizar una nefrectomía total, los pacientes deberán seguir el protocolo de “riñón único” que consiste una dieta estricta, libre de sal, con algunos remedios que no podrán tomar y sin deportes de alto impacto en la zona como andar en moto o a caballo, pero debieran tener una vida normal sin riesgos de caer en diálisis.
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