La colelitiasis se refiere a la formación de cálculos en la vesícula biliar. Estos están compuestos de calcio, fosfatos, sales biliares o pigmentos. Su tamaño, forma y cantidad puede variar en cada paciente.

Chile tiene una de las poblaciones mundiales con mayor predisposición a esta enfermedad producto de las presencia de un componente genético que hace que la cantidad de sales biliares sea menor en comparación a la que tienen en otros países. Esta deficiencia conlleva a que el organismo tenga una disminución en la capacidad para disolver los pigmentos y el colesterol, favoreciendo la aparición de cálculos.

La vesícula es un órgano que se ubica por debajo del hígado. Su función es acumular la bilis para eliminarla, con fines digestivos, cuando llega comida. Este fluido es el encargado de emulsionar las grasas, es decir, convertirla en pequeñas gotas que pueden ser mejor procesadas por los jugos digestivos.

Habitualmente, la colelitiasis se presenta de forma asintomática, pero cuando el cálculo se impacta en el conducto cístico, que comunica la vesícula con la via biliar principal o colédoco, se produce colecistitis aguda, o sea, inflamación de la vesícula producto de que la piedra hace las veces de tapón y la bilis queda dentro del órgano impidiendo que circule y, provocando la inflamación e irritación de este.

Los síntomas de la colecistitis aguda incluyen dolor abdominal intenso que puede irradiar hacia la espalda, sobre todo, bajo el omóplato derecho. También se presenta con náuseas y vómitos constantes y el paciente intenta moverse lo menos posible para calmar el dolor. Generalmente, acude a la urgencia donde es tratado con antiinflamatorios y relajante muscular suministrados de forma intravenosa, pero que no remedian la enfermedad, sino que controlan el dolor. La solución definitiva consiste en extirpar la vesícula biliar a través de una colecistectomía.

La operación a la vesícula implica sacarla, ya que no es posible de reparar, pues cualquier irregularidad en el órgano, tal como una cicatriz, puede convertirse en el punto de partida para un cálculo biliar. Idealmente la cirugía se hace en condiciones basales, sin inflamación y con el diagnóstico hecho por ecografía. Sin embargo, en ciertas ocasiones se realiza el procedimiento en pacientes que presentan colecistitis aguda, lo que hace la cirugía algo más desafiante.

Una vez diagnosticada la colelitiasis es importante solucionarla quirúrgicamente, ya que la demora puede acarrear complicaciones. La más frecuente es que con la inflamación se adhieran asas de intestino, dificultando la cirugía. Otra de ellas, es la pasada de uno de los cálculos al colédoco, lo que produce riesgo de pancreatitis, enfermedad inflamatoria destructiva del páncreas muy grave. Esto puede ser problemático para la cirugía pues si hay vísceras adheridas es imposible realizarla de manera laparoscópica, pues hay que liberar la vesícula con los dedos.

Hoy, la colecistectomía se realiza a través de un procedimiento laparoscópico que tiene una duración aproximada de una hora y media. Generalmente, el paciente queda hospitalizado de un día para otro, en observación, para prevenir posibles complicaciones. Además, es común que sientan náuseas y presenten vómitos durante el primer día post operatorio. El segundo día, si toleran bien la dieta liviana pueden ser dados de alta, pero es importante que cuiden su alimentación por dos semanas más y eviten hacer deportes durante el mismo periodo.

Sobre las complicaciones asociadas a la cirugía, la presencia de sangre o hemoperitoneo, la salida de bilis o biliperitoneo, al igual que la obstrucción de la via biliar son las más frecuentes.

La tasa de éxito de la operación, sin embrago, es muy alta alcanzando sobre el 90 por ciento de los casos y los pacientes pueden retomar su vida normal una semana después de la cirugía.

 

patricioherrera@cirupedia.cl

 

Agregar un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *