Cirugía Plástica y Quemados
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Una causa muy frecuente de quemaduras es el Sol. La mayor parte de estas quemaduras ocurren, como es obvio, durante los meses estivales, y la población más afectada, sin duda, son los niños.
Estas quemaduras se producen por el exceso de exposición al sol y la radiación UV, hablando de más de 3 a 4 horas en los casos de los niños más grandes, sin la adecuada protección solar.
Dependiendo de la edad, variará la parte del cuerpo que se ve más afectada. En los niños menores de 1 año, predominan las quemaduras faciales, sin embargo, en niños mayores, las zonas que se ven más afectadas son los hombros y la espalda.
La mayoría de las quemaduras por sol se producen durante el fin de semana, en actividades relacionadas con el agua, ya sea durante el baño en la piscina o una tarde de playa. También se ha descrito en menor medida en actividades deportivas o escolares.
Afortunadamente, las quemaduras producidas por el sol suelen ser de carácter superficial, por lo que producen un leve enrojecimiento, escaso dolor y, en algunas ocasiones, incluso aparecen una flictenas o ampollas finitas, todos síntomas que se resuelven espontáneamente durante la siguiente semana.
No es común que estas quemaduras lleven a los padres a buscar atención médica y, cuando es necesario, la mayoría de los niños son atendidos en forma ambulatoria, sin embargo, existe un pequeño porcentaje de pacientes que han requerido hospitalización.
Se han llegado a tratar pacientes con quemaduras solares de hasta un 30% de superficie corporal, producto de una jornada de más de 4 horas de exposición en la playa sin ningún tipo de protección. En estos casos extremos, los pacientes son hospitalizados para manejar su hidratación, el dolor y tratar las lesiones producidas por la quemadura.
Estas quemaduras, independiente de su extensión, tienen un excelente pronóstico, y no dejan secuelas, sin embargo, la exposición excesiva al sol y la radiación UV confiere un riesgo importante para desarrollar lesiones malignas de la piel en el futuro.
Por este motivo, es muy importante informarse sobre las medidas que se deben tomar para proteger a nuestros hijos del sol. Está demostrado que la educación de los padres es fundamental para que los niños desarrollen el hábito de protección solar.
Las medidas que se aplican para la protección contra el sol implican, básicamente, desarrollar algunos hábitos. El primero, y quizás más importante, es el de evitar o reducir el tiempo de exposición al sol. Los niños realizan un mayor número de actividades al aire libre que los adultos, en consecuencia, su exposición a la luz solar suele ser mayor. Se recomienda evitar dichas actividades entre las 11 de la mañana y las 16 horas o fomentar que se realicen en lugares sombreados.
Si el niño de igual manera se va a exponer al sol se recomienda cubrir la mayor parte del cuerpo con ropa. Se ha descrito que las ropas de nylon o poliéster protegen más que las de algodón o lino. Para la protección de la cara y cuello, siempre es recomendable el uso de gorras o sombreros.
El uso de protectores o bloqueadores solares se ha masificado en el tiempo, y la mayor parte de los padres los conocen, sin embargo, se producen fallas en la manera que se utilizan estos productos. Habitualmente, se recomiendan el uso de fotoprotectores o bloqueadores solares en niños mayores de 6 meses, puesto que en lactantes más pequeños puede producir problemas de toxicidad. En general, se sugiere el uso de factores iguales o superiores a 50.
Es necesario aplicarlos en forma generosa y uniforme en todas las áreas que se verán expuestas a la luz solar. El producto debe aplicarse entre 15 a 20 minutos antes de la exposición, y debe volver a aplicarse cada 2 a 4 horas o antes, si el niño está saliendo de la piscina o el mar.
Las medidas de fotoprotección o protección solar se aconsejan en todos los grupos etarios, pero debe ser más intensa en los niños, puesto que la mayor parte de la exposición al sol de una persona es, sin lugar a dudas, durante esa etapa de la vida.
El frenillo del labio superior es una membrana carnosa que continúa la línea media del labio superior hasta llegar a la encía, metiéndose entre medio de los incisivos superiores lo que provoca una diástasis o separación entre ellos.
Esta malformación no supone un problema en el desarrollo de los niños, pero sí representa una complicación desde el punto de vista cosmético y odontológico, además de poder provocar algún retraso en la adquisición del idioma castellano producto de la imposibilidad que tienen los pacientes para articular determinados sonidos que suenan como balbuceantes o asemejan un silbido.
La corrección del problema es quirúrgica y se realiza mediante la técnica de la Z en la que se marca esa letra, abarcando la encía de los incisivos superiores y el frenillo. Entonces, se hace una incisión longitudinal como dividiendo en dos láminas el frenillo, con la Z a cada uno de los lados lo que representa dos ángulos de 60 grados. El cirujano abre los ángulos con un láser e invierte la orientación dela Z al intercambiar las esquinas, con eso logra interponer tejido sano en la zona que estaba estrecha provocando su alargamiento, y la desaparición del frenillo entre medio de los dientes.
Es una cirugía corta, que demora alrededor de media hora, y que es muy bien tolerada por los pacientes. Se realiza con anestesia local y de forma ambulatoria pues casi no presenta complicaciones debido a que muy rara vez sangra y los puntos de la sutura se eliminan solos.
Los pacientes que son sometidos a esta intervención a veces pueden requerir tratamiento de ortodoncia para lograr el cierre completo del espacio que había entre los incisivos superiores
Consiste en una malformación genética que es el resultado de una fusión embriológica incompleta. Aparece por delante de la oreja a uno o ambos lados y su apariencia es la de un pequeño orificio. Por dentro está formado por un pequeño conducto muy estrecho el cual no se logra ver externamente y que, por lo general, termina en un fondo de saco asemejando a una botella que puede generar sudor y grasa.
Si bien la fístula está presente desde que el niño nace, habitualmente no genera ningún síntoma y, por lo tanto, no hay molestias. Sin embrago, en algunos casos la grasa acumulada se puede infectar y transformase en pus lo que representa un problema mayor para los pacientes afectados que deben tratarla con antibióticos y antiinflamatorios. Una vez que la fístula se infecta es altamente probable que los cuadros se repitan con frecuencia por lo que la solución definitiva es quirúrgica. Si bien este procedimiento no es urgente sí se debe realizar una vez que la infección haya desaparecido para evitar la recidiva.
La operación consiste no sólo en cerrar el orificio, sino que es importante resecar el conducto completo para evitar la acumulación de materia y que esta se vuelva a infectar sin posibilidad de salir. Entonces, se hace una incisión alrededor de la fístula y se extrae esta estructura con forma de botella. Algunos especialistas recomiendan realizar un contraste con azul de metileno, pero en caso de que la fístula se abra teñirá la zona completa y será difícil precisar dónde se encuentra. Por lo tanto, la recomendación actual es marcar el fondo de saco con una guía plástica que guiará el camino del cirujano hasta poder ligar la base de la fístula.
El procedimiento es breve y no tiene mayores complicaciones. Los niños reciben anestesia general inhalatoria y la hospitalización es ambulatoria. Si la cirugía se realiza en el momento en que no existe infección, la probabilidad de que reaparezca la fístula es muy baja. Sin embargo, cuando se opera a los pacientes en el curso de la infección es altamente probable que haya recidiva
La lesión que pueden provocar los rayos de una bicicleta en los pies o tobillos, hace referencia al grupo de heridas que se producen en el momento en que un niño introduce accidentalmente su pie en el interior de una rueda de bicicleta en movimiento, de manera en que el pie queda atrapado y genera una caída.
Este tipo de lesión es bastante frecuente en niños entre los 2 y los 6 años de edad, siendo un motivo habitual de consulta en los Servicios de Urgencia o consultas médicas.
La lesión ocurre en aquellos niños que son transportados en la parte trasera de la bicicleta o sentados en el tubo superior del marco de la misma con los pies colgando, sin implementos adecuados de seguridad. Según un artículo escrito por Di Prieto y otros autores en la revista de post grado de la cátedra de medicina, se describen 2 mecanismos de lesión. El primero sucede cuando el tobillo queda atrapado y se comprime entre los rayos de la rueda y la horquilla de la bicicleta y, el segundo, se produce al momento de liberar el pie del paciente de la rueda del vehículo.
La gravedad de las heridas que se producen por esta causa varía de acuerdo a distintos factores como la edad del niño, la velocidad al momento del accidente, la posición del pie al momento del trauma, el tipo de calzado que llevaba puesto el paciente, el lugar en el que este se encontraba sentado y los primeros auxilios realizados una vez ocurrido el accidente.
El espectro de estas lesiones puede ir desde una herida simple con una contusión menor o pequeña “peladura” hasta la presencia de fracturas complejas del tobillo con compromiso de la articulación y de las partes blandas.
Una vez producido el accidente el paciente debe recibir una atención médica adecuada, ya sea en un servicio de urgencia pediátrico o en la consulta de un especialista, para evaluar la gravedad de las heridas de piel y tejidos más profundos, además de descartar lesiones asociadas como esguinces o fracturas. Ante la sospecha de fractura, el paciente debe ser evaluado por un traumatólogo infantil, quien solicitará una radiografía para definir el diagnóstico y determinará el tratamiento correspondiente.
Dependiendo de la gravedad de las lesiones, existirán distintas alternativas de tratamiento, puesto que estas pueden presentarse con profundidades variables y, en ocasiones, existir tejido muerto (necrótico) producto del trauma. En este sentido, cobra importancia prevenir la aparición de una eventual infección.
Si la lesión es pequeña y no existe gran cantidad de tejido lesionado, ni signos de infección, es posible tratarla de forma ambulatoria, con curaciones que tengan por objetivo buscar la cicatrización dirigida de la lesión. Este proceso puede demorar incluso 3 semanas, y requiere mantener al paciente en reposo con curaciones periódicas.
Si la lesión involucra tejidos profundos, no existe posibilidad de cicatrización espontánea, existe infección o el tejido necrótico es significativo; es necesario el tratamiento quirúrgico. La reparación de una lesión puede requerir una o más cirugías para conseguir el cierre definitivo de la herida.
El objetivo del tratamiento consiste en extirpar todo el tejido necrótico y en mal estado, y posteriormente cerrar la herida, ya sea por medio de colgajos de piel o por injertos de piel, dependiendo básicamente del tamaño del defecto o de la presencia de lesiones asociadas.
Este tipo de lesiones son una causa importante de ausentismo escolar, puesto que en general la resolución de la lesión puede tomar al menos 15 días y en ocasiones varias semanas.
Como recomendación es importante recordar el uso de sillas especiales para bicicleta que transporten de forma segura a su hijo o hija. Así podrá Ayudarnos a prevenir estos accidentes.
Consiste en una protuberancia de la piel ubicada en la entrada del pabellón auricular que está relacionado con algún defecto en la formación del macizo facial. Este proceso tridimensional es muy complejo debido a que el feto cuenta con variados pliegues orientados de forma diferente los que, finalmente, deben converger en la línea media. Por lo tanto, la aparición de los papilomas es bastante frecuente.
Lo usual es que el médico detecte la presencia del papiloma en la atención que se realiza al recién nacido en la sala de parto, de no ser así los padres deben informar a su pediatra en el control para descartar que la presencia de esta protuberancia esté relacionada con otros cuadros médicos como sordera o afecciones renales. Sin embargo, la mayoría de las veces no existe mayor importancia en la aparición de ellos y solo adquieren relevancia cuando los niños comienzan a socializar y tienen problemas escolares con sus compañeros producto de los efectos cosméticos.
El tratamiento es quirúrgico, sin embargo no es una operación urgente ya que es netamente electiva. Con anestesia general se hace una incisión que rodea la base papiloma, asemejando la forma de un ojo en sentido dpatricioherrera@cirupedia.clel eje longitudinal de la oreja, para que una vez que se reseque la protuberancia el cirujano pueda suturar siguiendo la línea de la cara logrando que la cicatriz no se levante ni se note.
Habitualmente el papiloma se suele presentar en un solo lado y que el paciente tenga un solo ejemplar, pero se dan casos en que aparecen protuberancias bilaterales y múltiples. En esas situaciones se recomienda el tratamiento quirúrgico para evitar que el niño se pase a llevar o se haga heridas que pueden infectarse al tironearlo y rasguñarlo.
El procedimiento quirúrgico es simple, corto y de hospitalización ambulatoria puesto que no presenta mayores complicaciones.
El frenillo sublingual es una membrana mucosa que une la lengua al piso de la boca y permite su movimiento hacia afuera. En algunos niños, esta estructura es demasiado corta y tirante lo que impide que se mueva normalmente, lo que se conoce como anquiloglosia. La punta de la lengua está fija de forma tal que cuando la empujan para sacarla fuera de la línea de los dientes salen los lados musculares y el centro tiene una ranura fija, asemejándose a un corazón.
La anquiloglosia no supone una problemática para el desarrollo del niño pues, en general, podrá alimentarse bien y crecer saludable. Sin embargo, sí presentará un problema en cuanto a la adquisición del lenguaje, pues lo niños tendrán dificultades para pronunciar aquellos fonemas en los que es necesario que la punta de la lengua toque arriba, tal como el caso de la letra R. Es en esa instancia cuando se puede presentar como un dilema escolar en el que la intervención de un fonoaudiólogo no es suficiente.
La corrección definitiva para esta malformación supone un procedimiento quirúrgico que antiguamente se hacía en la consulta del doctor, pero hoy se realiza de forma ambulatoria en un pabellón bajo anestesia local. Es una cirugía bastante simple, con bajo riesgo de sangrado y buena tolerancia por parte de los pacientes, los que en unos pocos minutos quedan con el problema resuelto.
La cirugía consiste en cortar con un láser el frenillo original para darle movilidad a la lengua. En caso de que el tejido no sea lo suficientemente largo se procede a una cirugía un poco más larga en la que se dibuja una z y se cortan ambos ángulos para luego invertirlos y lograr así que la membrana se estire unos cuantos centímetros. Esa intervención requiere de algunos puntos, a diferencia del corte láser que no necesita de suturas. El niño en ambos casos va a desarrollar un tejido cicatricial que es una línea más larga que el frenillo que tenía originalmente y que le permitirá sacar la lengua de forma normal.
Los niños que se someten a este procedimiento generalmente van a tener que recibir de forma adicional tratamiento con un fonoaudiólogo puesto que el lenguaje hablado es un mecanismo articulado basado en repeticiones y como están acostumbrados a hacerlo de una manera incorrecta necesitan de entrenamiento para aprender a decir los fonemas adecuadamente.
Las quemaduras se clasifican de acuerdo a profundidad y extensión; El agente causal también importa, pero eso es más complejo.
La profundidad es el principal responsable del resultado estético y dicta la necesidad más o menos urgente de realizar operaciones para recuperar la cobertura cutánea en los casos más graves. La superficie es la que determina cuán riesgosa desde el punto de vista vital es la quemadura en forma inmediata o mediata si no se trata.
Debido a la creciente exigencia por la “perfección estética”, y la desmedida asignación de responsabilidad atribuida a equipos médicos frente a cualquier resultado adverso, sobretodo cicatricial, es que frente a quemaduras que exceden a una simple salpicadura de 2 o 3 gotas de agua caliente, la recomendación es buscar atención médica especializada para todas las quemaduras. Con mayor razón en niños menores de 10 años o con alguna enfermedad de base.
Es diferente tratar a un niño de 6 años con una quemadura del tamaño de una moneda en la parte externa del antebrazo que a un adolescente con autismo y que presenta una quemadura en los glúteos o en la planta de un pie, ya que éste último va a requerir anestesia general y hospitalización para las curaciones y su tratamiento.
Quemaduras muy grandes, de una extremidad completa, toda la espalda o todo el pecho y abdomen, pueden poner en riesgo la vida en pocas horas producto de la cantidad de líquido que pierde una quemadura por exudación de la superficie quemada. En tal caso, el manejo del dolor y el traslado inmediato del paciente a un centro donde pueda se curado y tratado con suero endovenoso es imprescindible. Para el cuidado inmediato de este tipo de pacientes, lo mejor es el baño de ducha con agua tibia para intentar frenar el daño (unos 10 a 15 minutos) y la cobertura con un paño limpio, ojalá estéril, condición que en la casa sólo se logra con una sábana o toalla recién planchada.
Lo más probable es que al llegar a un centro asistencial le hagan el aseo de la zona quemada nuevamente, por lo cual no debe perderse tiempo en asear y cubrir en el lugar del accidente, solo ducha tibia para frenar el daño, por 10-15 minutos y cubrir, no curar.
docsebavillegas@cirupedia.cl
Las heridas pueden ser de diferentes causas y tamaños, pero un elemento es central, es la eventual necesidad de ir a un Servicio de Urgencia para atenderlas.
Las heridas se dividen clásicamente según el mecanismo de producción. Eso establece el aspecto general, el tiempo aproximado en el cual cicatriza y el aspecto que va a tener la cicatriz. De esta manera tendremos heridas por roce (caída en bicicleta o patines, con apoyo en movimiento de una rodilla o codo que queda “pelado”), por cortes (cuchillos, vidrios, latas, cabezas de clavos, etc.) o por golpes de algo romo (corte de la ceja o el mentón frente a un golpe seco contra algo sin filo como el suelo o un mueble).
Las heridas por roce tienen 3 inconvenientes, la extensión, la contaminación y la ubicación.
Extensión: en general son heridas amplias, que rezuman plasma, (ese líquido amarillo que sale de las quemaduras y rasguños) y, por lo tanto, van a producir costras grandes.
Contaminación: en general se producen al arrastrar una extremidad flectada u otras salientes óseas como los huesos de la cadera, contra una superficie dura como el pavimento, el suelo de tierra o en maicillo, por lo que no es raro que la herida llegue a urgencia como “empolvado” con tierra, pasto y otras mezclas mas dañinas. La ubicación, frecuentemente es en las rodillas, caderas y cara lateral de los codos o antebrazos. Producen costras grandes, que al secarse se ponen tiesas y molestan a la movilidad, frecuentemente, quebrándose y volviéndose costras cada vez mas gruesas y adherentes, (como el típico costrón de la rodilla del niño chico).
El resultado habitual: mucho tiempo en curar y una cicatriz de mal aspecto. Por estas dos razones es que la sugerencia es acudir a un servicio de urgencia para el aseo inicial, nunca va a poder compararse con el que se hace en la casa entre “¡Ay!, que duele mucho”, “Tú no tienes idea, dile al papá, o la mamá y demases”. Asegúrese que las curaciones, luego que ya esta cerrado con una costra delgada, incluyan algún ungüento o crema, para mantener la costra humectada y flexible. Importante es tratar dentro de lo posible de no REMOJAR esa costra, se reblandece y sale como una “tela” que deja el fondo vivo y todo el ciclo parte otra vez, terminando en mucho tiempo y con mal aspecto.
Las heridas por corte o cortantes tienen dos elementos de consideración: la profundidad y la ubicación. En general, sangran bastante, incluso a veces el sangrado para con muy poco esfuerzo, para volver a empezar con un mínimo movimiento horas después del accidente. Toda herida que permita ver la capa de grasa celular subcutánea debe ser atendida en un servicio de urgencia, muchas de ellas deberán ser suturadas para su mejoría. Si la herida sangra profusamente aplique un paño limpio (recién planchado) y comprima por 3 a 5 minutos, si el sangrado no se detiene vaya al servicio de urgencia más cercano. Si la herida es suturada y cuidada, tiene las mejores probabilidades de cicatrizar como una línea, lo que varía de acuerdo a la ubicación. De lo contrario quedan bastante notorias, como un diamante alargado, inclusive, con relieve.
Las heridas por golpes o contusas tienden a ubicarse en zonas de rebordes óseos como las cejas o el mentón. Son a veces irregulares y a pesar que pueden cicatrizar solas, el resultado tiende a ser mejor cuando son atendidas, muchas veces necesitan incluso ser suturadas.
Especial mención merecen las heridas con la posibilidad de esconder un cuerpo extraño, por caída sobre cactus, espinos, o por caer sobre un vaso quebrado. La exploración de Urgencia no logra descartar 100% la presencia de un cuerpo extraño, incluso sospechándolo. Tampoco la ecografía permite en ocasiones identificar dicho elemento. Solo el tiempo y la reacción de los tejidos blandos alrededor del supuesto cuerpo extraño serán a veces los que nos van a dar la clave para encontrarlo.
Mordeduras:
- Perros, Gatos, Ratones y otros: Todo animal doméstico tiene la posibilidad de transmitir el virus de la rabia. Infórmese sobre vacunación si usted es el responsable de alguna mascota. No elimina el riesgo individual, pero debiera reducir considerablemente el riesgo poblacional.
- En términos individuales, es decir: “a mi hijo lo mordió el perro del vecino” o “al amiguito de mi hijo lo acaba de morder mi perro” frases más recurrentes en urgencia, se debe considerar que toda mordedura está contaminada: aseo obligatorio y posibilidad de infección. Dependiendo de las circunstancias de la mordedura va a requerir o no vacunación antirrábica, pero esa es una decisión médica, de acuerdo a políticas de salud publica, hay normas al respecto en nuestro país.
- Mordeduras humanas, voluntarias o involuntrias. Son muy contaminadas, se recomienda extremar cuidados y siempre consultar en un Servicio de Urgencia
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